La masacre de Virginia a los ojos de la red
7.15 AM. Se oyen disparos en el interior de West Ambler Johnston, residencia universitaria de la Universidad de Virgina Tech en Blacksburg (Virginia). Los dispositivos de emergencia se ponen en marcha y los estudiantes son informados de la situación y puesto de alarma a través de e-mail. Estamos en EE.UU., un disparo no es inusual, la universidad, a pesar de todo, mantiene su ritmo de clases habitual. Las recomendaciones llegan por vía rápida, el e-mail es el nuevo medio de comunicación y más en estamentos tan modernos como una universidad.
Dos horas más tarde, vuelven a sonar las alarmas, esta vez en el edificio Norris Hall, del mismo campus, una gran oleada de disparos se suceden a lo largo y ancho del ala oeste, parece que hay muchas victimas, entre ellas, el propio asesino, se ha suicidado de un balazo en la cabeza.
A partir de aquí, distintas informaciones llegan a los medios de comunicación, la universidad se convierte en el centro de la noticia y el mundo entero se hace eco en pocos minutos de la masacre. Parece que hay más de una veintena de fallecidos, el escenario es un caos. Rápido las ediciones digitales publican datos y especulan sobre las causas y la autoría de lo sucedido. (Ejemplo claro de dicha rapidez informativa es este documento del diario Financiero de Méjico) El suceso es demasiado reciente, se podría decir que se está narrando en directo. Ya se sabe que las víctimas alcanzan la cifra de 33 y comienzan a llegar imágenes atroces sobre la masacre.
Dos horas más tarde, vuelven a sonar las alarmas, esta vez en el edificio Norris Hall, del mismo campus, una gran oleada de disparos se suceden a lo largo y ancho del ala oeste, parece que hay muchas victimas, entre ellas, el propio asesino, se ha suicidado de un balazo en la cabeza.
A partir de aquí, distintas informaciones llegan a los medios de comunicación, la universidad se convierte en el centro de la noticia y el mundo entero se hace eco en pocos minutos de la masacre. Parece que hay más de una veintena de fallecidos, el escenario es un caos. Rápido las ediciones digitales publican datos y especulan sobre las causas y la autoría de lo sucedido. (Ejemplo claro de dicha rapidez informativa es este documento del diario Financiero de Méjico) El suceso es demasiado reciente, se podría decir que se está narrando en directo. Ya se sabe que las víctimas alcanzan la cifra de 33 y comienzan a llegar imágenes atroces sobre la masacre.
Este suceso recuerda mucho a lo ocurrido en Columbine hace 8

El día continua, la información empieza a unificarse y completarse, cada vez está más claro la cronología de los hechos, y la noticia comienza a complementarse con reacciones del Gobierno, antecedentes de la universidad, detalles de los asesinatos o curiosidades varias sobre algunas de las víctimas identificadas. Los vídeos resumen y las fotografías inundan la red, aunque la mayoría que los medios difunden suelen ser iguales.

Mas allá de los medios de comunicación profesionales la matanza en la universidad de Virginia ha reanimado la idea de periodismo ciudadano, ligado sobretodo a las grandes tragedias. La velocidad y libertad de la red de redes y elementos como teléfonos móviles, han hecho que se disponga de información privilegiada de los asistentes al suceso. En Flickr el número de fotografías sobre la matanza supera las dos centenas y los testimonios en primera persona nutren los foros y blogs de gente anónima. Todos son parte activa de la noticia. Incluso, a más de 2000 kms de distancia, en España se abren debates sobre si se podría haber evitado y sobre la relación con las leyes de armas que el estado de Virginia establece. Muchas webs incluyen encuestas y los comentarios se multiplican en cada noticia que sale sobre el tema. Los blogs privados de la blogosfera en general se inundan de posts relacionados con dicha masacre y aportado condolencias a las víctimas, aunque estas no se conozcan. Incluso, y aunque parezca una broma, los hackers ya han bautizado un virus con el nombre del asesino y su propagación es por medio de e-mails con una supuesta información sobre la masacre.
Para completar la información visiten la siguiente noticia del diario EL MUNDO sobre el impacto en la red de lo sucedido en Virginia Tech
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